SAN TEODOMIRO, HIJO Y PATRÓN CANÓNICO DE CARMONA

Pocas ciudades como Carmona pueden presumir de tener dos conciudadanos elevados a los
altares. De san Teodomiro tenemos pocos datos históricos, a pesar de las hagiografías escritas
posteriormente. La validez de estos datos históricos vienen corroborado por los escritos de su
coetáneo san Eulogio de Córdoba, también encarcelado durante la persecución de
Abderramán II contra los cristianos cordobeses, autor de la obra Memorial de los Santos
donde recoge las actas martiriales donde se nos narra el martirio de un joven monje
carmonense el 25 de julio del año 851. En una obra posterior, en la Carta a Wiliesindo, obispo
de Pamplona, también menciona el martirio de san Teodomiro.
La persecución contra la comunidad cristiana mozárabe tiene su origen, no sólo en el mundo
musulmán, en la inestabilidad de la propia Iglesia de Al-Ándaluz. El alto clero intentaba un
buen entendimiento con las autoridades islámicas por lo que a veces se había procedido a
encarcelar a los “disidentes” que deseaban vivir su fe cristiana sin influencia. Deseaban
celebrar el culto en lengua vernácula y no en árabe.
Ante las protestas que levantó el martirio del sacerdote Perfecto, tras una discusión de fe con
unos musulmanes, el propio obispo de Sevilla fue llamado por Abderramán II para sofocar las
protestas de la comunidad cristiana. El obispo hispalense encarceló al propio obispo de
Córdoba y a Eulogio. Se convocó un concilio de obispos mozárabes en Córdoba y se prohibió a
los cristianos contradecir a las autoridades islámicas, avivando en ellos su deseo de expresar
libremente su fe, estas manifestaciones desencadenará una persecución religiosa contra las
comunidades cristianas; duró en la ciudad de Córdoba unos ocho años concluyendo con la
decapitación de San Eulogio que era obispo electo de Toledo.
La memoria de estos mártires se perderá a partir del año 1009, debido a las rebeliones que
sufre el califato con Hixam y en el que la comunidad mozárabe parece abandonar la ciudad
ante una nueva persecución contra sus templos y propiedades. Los restos de los mártires
serán recogidos de diversas sepulturas y reunidos en un osario común, del que se pierde su
memoria.
El 21 de noviembre de 1575, durante unas obras en el templo de San Pedro de Córdoba,
aparece soterrado un arcón de piedra y se levantan diferentes actas en reconocimiento de los
restos. En 1578 se suceden una serie de visiones en las que el Arcángel San Rafael confiesa a
un sacerdote ser el protector de Córdoba y los nombres de los santos allí enterrados. En 1582
se reconoce la santidad de estos mártires y un año más tarde el Papa Gregorio XIII los inscribe
en el Martirologio Romano.
La entonces villa de Carmona acuerda tener a san Teodomiro como Patrón Canónico en 1595 y
obtiene la Bula Pontificia. En 1609 se recibe con grandes fiestas la primera de las reliquias del
Santo Mártir, cuya devoción lleva a la Compañía de Jesús a dedicar el Colegio y templo que
están levantando a san Teodomiro. Tras la expulsión de los Jesuitas pasará a denominarse del
Salvador y la residencia del colegio será sede del Ayuntamiento.
Importantes fiestas contó el santo Patrón hasta que los cambios devocionales apostaron por la
Virgen de Gracia en 1805 como co-patrona. En 1865 por decreto de la Congregación de Ritos
cada población debe tener sólo un patrón principal y se designa a la de Gracia. En la década de
1940 la fiesta del santo, el 27 de julio, deja de ser festivo local. Pero en 1976 recupera la
Declaración de Fiesta Litúrgica local.
Desde hace unos años, junto con la conmemoración de la fiesta de su martirio, se celebra en la
prioral de santa María una Función Votiva en noviembre con motivo de la conmemoración de
la Iglesia de Córdoba del hallazgo de los restos de los Mártires. Conservados en el templo cordobés de San Pedro en una bellísima arca de plata que procesiona a la Catedral en esa
fecha.